Energías renovables

Las más importantes y comúnmente utilizadas son:

Energía Solar

Captura la energía del sol, generalmente a través de paneles fotovoltaicos o colectores solares térmicos.

Energía Eólica

Genera electricidad mediante turbinas eólicas que convierten la energía cinética del viento en energía mecánica y luego en electricidad.

Energía Hidroeléctrica

Utiliza el flujo del agua, desde ríos o represas, para mover turbinas que generan electricidad.

Biomasa

Involucra el uso de materia orgánica como fuente de energía, la cual puede incluir madera, residuos agrícolas, y biogás.

Energía Geotérmica

Proviene del calor almacenado debajo de la superficie terrestre, aprovechable para la generación de electricidad o para el calentamiento directo.

Energía Marina

Incluye varias formas, como la energía de las mareas, las olas y las diferencias de temperatura en el océano.

Energía Hidrógeno

Aunque el hidrógeno en sí no es una fuente de energía, puede ser un portador de energía si se produce a partir de fuentes renovables.

Estas fuentes de energía renovable son fundamentales en la transición hacia un futuro más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles. Cada una de ellas presenta características únicas y contribuye de manera significativa a la matriz energética global.

El panorama de las energías renovables y su contribución a la producción de electricidad ha evolucionado significativamente. Alrededor del 33% de la electricidad mundial proviene ahora de fuentes de energía renovables. Este aumento refleja el compromiso global con la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono.

En la Península Ibérica, las energías renovables han alcanzado aproximadamente el 50% de la producción total de electricidad, con una notable contribución de las tecnologías libres de emisiones de CO2 equivalente, que representan cerca del 70%. La energía solar fotovoltaica se ha consolidado como una de las principales fuentes de energía renovable, superando el 20% de la producción total, seguida de cerca por la energía eólica con un 18%.

Comparando con datos de 2012, cuando la energía limpia representaba alrededor del 30% del total -con la energía eólica contribuyendo un 17.1%, la hidráulica un 7.3%, la fotovoltaica un 2.9%, y la termoeléctrica un 1.2%- es evidente que ha habido un crecimiento significativo. Para 2021, esta cifra ya había alcanzado el 47%.

La energía solar se ha destacado por su eficacia, impulsada por una fuente inagotable, la sencillez de su aprovechamiento y los avances en la tecnología de paneles solares. La energía solar no solo es una de las más eficientes, sino que también juega un papel crucial en la transición energética.

Por otro lado, la energía eólica sigue siendo una de las fuentes más eficientes y ecológicas, debido a su baja contaminación, mínimo impacto ambiental y capacidad para producir una cantidad de energía comparable a grandes cantidades de combustibles fósiles, pero sin las emisiones asociadas a su quema.

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